JBS
(i)
2 ¡Oh, si pesaren al justo mi queja y mi tormento, y se alzaren igualmente en balanza!
3 Porque
mi tormento pesaría más que la arena del mar; y por tanto mis palabras son tragadas.
4 Porque las saetas del Todopoderoso
están en mí, cuyo veneno bebe mi espíritu; y terrores de Dios me combaten.