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11 Entonces llamó también el Faraón sabios y encantadores; e hicieron también lo mismo los encantadores de Egipto con sus encantamientos;
12 pues echó cada uno su vara, las cuales se volvieron culebras; mas la vara de Aarón tragó las varas de ellos.
13 Y el corazón del Faraón se endureció, y no los escuchó; como el SEÑOR lo había dicho.