JBS
(i)
3 Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, mientras me decían todos los días: ¿Dónde
está tu Dios?
4 De estas cosas me acordaré, y derramaré mi alma sobre mí. Cuando pasaré en el número, iré con ellos hasta la Casa de Dios, con voz de alegría y de alabanza, bailando la multitud.