JBS
(i)
23 ¡Quién diera ahora que mis palabras fueran escritas! ¡Quién diera que se escribieran en
un libro!
24 ¡Que con cincel de hierro y con plomo fueran en piedra esculpidas para siempre!
25 Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo;