JBS
(i)
19 Porque ciertamente Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo a sí
mismo, no imputándoles sus pecados, y puso en nosotros la palabra de la Reconciliación.
20 Así que, somos embajadores de Cristo, como si Dios rogara por medio nuestro;
os rogamos en Nombre de Cristo: Reconciliaos a Dios.