JBS
(i)
11 Y mira, padre mío, mira aún la orilla de tu ropa en mi mano; porque
yo corté la orilla de tu manto, y no te maté. Conoce, pues, y ve que no hay mal ni traición en mi mano, ni he pecado contra ti;
con todo, tú andas a caza de mi vida para quitármela.