SE(i)
37 Porque han adulterado, y hay sangre en sus manos, y han fornicado con sus ídolos; y aun sus hijos que me habían engendrado, hicieron pasar por el fuego a ellos, quemándolos.
38 Aun esto más me hicieron; contaminaron mi Santuario en aquel día, y profanaron mis sábados;
39 pues habiendo sacrificado sus hijos a sus ídolos, se entraban en mi Santuario el mismo día para contaminarlo y he aquí, así hicieron en medio de mi Casa.
40 Y cuanto más, que enviaron por hombres que vienen de lejos, a los cuales había sido enviado mensajero; y he aquí vinieron; y por amor de ellos te lavaste, y pintaste tus ojos, y te ataviaste con adornos;
41 y te sentaste sobre suntuoso estrado, y fue adornada mesa delante de él, y sobre ella pusiste mi perfume y mi óleo.
42 Y se oyó en ella voz de compañía en fiesta; y con los varones fueron traídos los sabeos del desierto para multiplicar los hombres; y pusieron manillas sobre sus manos, y coronas de gloria sobre sus cabezas.
43 Y dije a la envejecida en adulterios: Ahora fenecerán sus fornicaciones, y ella con ellos;
44 porque han venido a ella como quien viene a mujer ramera; así vinieron a las sucias mujeres, Ahola y a Aholiba.
45 Por tanto, hombres justos las juzgarán por la ley de las adúlteras, y por la ley de las que derraman sangre; porque son adúlteras, y hay sangre en sus manos.