ReinaValera(i)
34 El que hace mis pies como de ciervas, Y el que me asienta en mis alturas;
35 El que enseña mis manos para la pelea, y da que con mis brazos quiebre el arco de acero.
36 Tú me diste asimismo el escudo de tu salud, Y tu benignidad me ha acrecentado.
37 Tú ensanchaste mis pasos debajo de mí, Para que no titubeasen mis rodillas.
38 Perseguiré á mis enemigos, y quebrantarélos; Y no me volveré hasta que los acabe.