Romans 7:4 Cross References - SE

⁴ Así también vosotros, hermanos míos, sois muertos a la ley en el cuerpo del Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, para que fructifiquemos a Dios.

¹⁰ Oye, hija, y mira, e inclina tu oído; y olvida tu pueblo, y la casa de tu padre; ¹¹ y deseará el Rey tu hermosura; e inclínate a él, porque él es tu Señor. ¹² Y las hijas de Tiro con presente; aun los ricos del pueblo suplicarán tu favor. ¹³ Toda ilustre es de dentro la hija del rey; de brocado de oro es su vestido. ¹⁴ Con vestidos bordados será llevada al Rey; vírgenes en pos de ella; sus compañeras serán traídas a ti. ¹⁵ Serán traídas con alegría y gozo; entrarán en el palacio del Rey. ¹⁶ En lugar de tus padres serán tus hijos, a quienes harás príncipes en toda la tierra.

⁵ Porque tu marido será tu Hacedor; el SEÑOR de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel, Dios de toda la tierra será llamado.

⁵ Pues como el joven se casa con la virgen, se casarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo.

¹⁹ Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, misericordia, y miseraciones. ²⁰ Y te desposaré conmigo en fe, y conocerás al SEÑOR.

²⁶ Y comiendo ellos, tomó Jesús el pan, y habiendo dado gracias, lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed. Esto es mi cuerpo.

²⁹ El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está en pie y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo es cumplido.

⁵¹ YO SOY el pan vivo que he descendido del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.

⁸ En esto es clarificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.

² En ninguna manera. Porque los que somos muertos al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?

¹⁴ Para que el pecado no se enseñoree de vosotros; porque no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

²² Mas ahora, librados del pecado, y hechos siervos a Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin la vida eterna.

⁶ Pero ahora somos libres de la ley de la muerte en la cual estábamos detenidos, para que sirvamos en novedad de Espíritu, y no en vejez de letra.

² Porque la ley del Espíritu de vida en el Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

¹⁶ La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre del Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo del Cristo?

² Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado a un marido, para presentaros como una virgen limpia al Cristo.

¹⁹ Porque yo por la ley soy muerto a la ley, para vivir a Dios. ²⁰ Con el Cristo estoy juntamente crucificado, y vivo, no ya yo, sino vive el Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo por la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó a sí mismo por mí.

¹³ El Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición; (porque está escrito: Maldito cualquiera que es colgado en un madero),

¹⁸ Pero si sois guiados del Espíritu, no estáis bajo la ley.

²² Mas el fruto del Espíritu es: caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe, ²³ mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

¹⁵ deshaciendo en su carne las enemistades, que eran la ley de los mandamientos en orden a ritos, para edificar en sí mismo los dos en un nuevo hombre, haciendo la paz,

²³ Porque el marido es cabeza de la mujer, así como el Cristo es cabeza de la Iglesia; y él es el que da la salud al cuerpo. ²⁴ Así que, como la Iglesia está sujeta al Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. ²⁵ Maridos, amad a vuestras mujeres, así como el Cristo amó a la Iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, ²⁶ para santificarla limpiándola en el lavamiento del agua por la palabra, ²⁷ para presentársela gloriosa para sí mismo, una Iglesia que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante; sino que fuese santa y sin mancha.

¹¹ llenos de fruto de justicia, que son por Jesús, el Cristo, a gloria y loor de Dios.

¹⁷ No porque busque dádivas; mas busco fruto que abunde en vuestra cuenta.

⁶ el cual ha llegado hasta vosotros, como está por todo el mundo; y fructifica y crece, como también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios con verdad,

¹⁰ para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, fructificando en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios.

²² en el cuerpo de su carne por medio de la muerte, para haceros santos, y sin mancha, e irreprensibles delante de él;

¹⁴ Rayendo la cédula de los ritos que nos era contraria, que era contra nosotros, quitándola de en medio y clavándola en la cruz;

²⁰ Pues si sois muertos con el Cristo a los elementos del mundo, ¿por qué como si vivieseis al mundo, decretáis ritos:

¹⁰ En esa voluntad somos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesús, el Cristo, hecha UNA VEZ.

²⁴ l mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros siendo muertos a los pecados, vivamos a la justicia, por cuya herida habéis sido sanados.

⁷ Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque son venidas las bodas del Cordero, y su mujer se ha aparejado.

⁹ Y vino a mí el primero de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete postreras plagas, y habló conmigo, diciendo: Ven, yo te mostraré la Esposa, mujer del Cordero.