Revelation 1:17 Cross References - JBS

¹⁷ Y cuando yo le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; YO SOY el primero y el último;

¹ ¶ Después de estas cosas vino la palabra del SEÑOR a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.

¹³ Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estaos quietos, y ved la salud del SEÑOR, que él hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis.

²⁰ Entonces Moisés respondió al pueblo: No temáis; que para probaros vino Dios, y para que su temor esté en vuestra presencia para que no pequéis.

⁴ ¿Quién obró e hizo? ¿Quién llama las generaciones desde el principio? Yo, el SEÑOR, primero, y yo mismo con los postreros.

¹⁰ No temas, que yo estoy contigo; no desmayes, que yo soy tu Dios, que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

⁶ Así dice el SEÑOR, Rey de Israel, y su Redentor, el SEÑOR de los ejércitos: Yo el primero, y yo el postrero, y fuera de mí no hay Dios.

¹² Oyeme, Jacob, y tú, Israel, llamado mío: Yo mismo, yo el primero, también yo el postrero.

²⁸ que parecía el arco del cielo que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor. Esta fue la visión de la semejanza de la gloria del SEÑOR. Y yo lo vi, y caí sobre mi rostro, y oí voz de uno que hablaba.

¹⁷ Vino luego cerca de donde yo estaba; y con su venida me asombré, y caí sobre mi rostro; y él me dijo: Entiende, hijo de hombre, porque al tiempo señalado se cumplirá la visión. ¹⁸ Y estando él hablando conmigo, caí dormido en tierra sobre mi rostro; y él me tocó, y me tornó en mi estado.

⁸ Quedé, pues, yo solo, y vi esta gran visión, y no quedó en mí esfuerzo; antes mi fuerza se me trocó en desmayo, sin retener vigor alguno. ⁹ Pero oí la voz de sus palabras; y cuando oí la voz de sus palabras, fui adormecido sobre mi rostro, y mi rostro en tierra. ¹⁰ Y, he aquí, una mano me tocó, e hizo que me moviera sobre mis rodillas, y sobre las palmas de mis manos.

¹² Y me dijo: Daniel, no temas, porque desde el primer día que diste tu corazón a entender, y a afligir tu alma delante de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y yo soy venido a causa de tus palabras.

¹⁵ y estando hablando conmigo semejantes palabras, puse mis ojos en tierra, y enmudecí.

¹⁷ ¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi Señor hablar con este mi Señor? Porque en este instante me faltó la fuerza, y no me quedó aliento. ¹⁸ Y aquella como semejanza de hombre me tocó otra vez, y me confortó; ¹⁹ y me dijo: Varón de deseos, no temas; paz a ti; ten buen ánimo, y aliéntate. Y hablando él conmigo cobré yo vigor, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido.

¹⁶ Oí, y tembló mi vientre; a la voz se batieron mis labios; pudrición se entró en mis huesos, y en mi asiento me estremecí; para reposar en el día de la angustia, cuando viniere al pueblo para destruirlo.

² Y se transfiguró delante de ellos; y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos fueron blancos como la luz. ³ Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él. ⁴ Y respondiendo Pedro, dijo a Jesús: Señor, bien es que nos quedemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres tabernáculos: para ti uno, y para Moisés otro, y otro para Elías. ⁵ Y estando aún él hablando, he aquí una nube de luz que los cubrió; y una voz de la nube, que dijo: Este es mi Hijo amado, en el cual tomo contentamiento; a El oíd. ⁶ Y oyendo esto los discípulos, cayeron sobre sus rostros, y temieron en gran manera. ⁷ Entonces Jesús llegando, los tocó, y dijo: Levantaos, y no temáis.

⁴ Y de miedo de él los guardas se asombraron, y fueron vueltos como muertos.

⁵ Y entradas en el sepulcro, vieron un joven sentado a la mano derecha, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron. ⁶ Más él les dijo: No os asustéis: buscáis a Jesús Nazareno a quien colgaron del madero; resucitado es, no está aquí; he aquí el lugar donde le pusieron.

³⁷ Entonces ellos espantados y asombrados, pensaban que veían algún espíritu. ³⁸ Mas él les dice: ¿Por qué estáis turbados, y suben pensamientos a vuestros corazones? ³⁹ Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; que un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.

²³ Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba sentado en la mesa al lado de Jesús.

²⁰ ¶ Volviéndose Pedro, ve a aquel discípulo al cual amaba Jesús, que les seguía, el que también se había recostado a su pecho en la cena, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?

⁸ YO SOY el Alfa y la Omega: principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.

¹¹ que decía: YO SOY el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete Iglesias que están en Asia: a Efeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia, y a Laodicea.

⁸ ¶ Y escribe al ángel de la Iglesia en Esmirna: El primero y el postrero, que fue muerto, y vive, dice estas cosas:

¹³ YO SOY el Alfa y la Omega, principio y fin, el primero y el postrero.