Luke 12:12 Cross References - JBS

12 porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que será necesario decir.

Exodus 4:11

11 Y el SEÑOR le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo el SEÑOR?

Matthew 10:20

20 Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.

Luke 21:15

15 porque yo os daré boca y sabiduría, a la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se os opondrán.

Acts 4:8

8 Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Príncipes del pueblo, y ancianos de Israel:

Acts 6:10

10 Mas no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu que hablaba.

Acts 7:2-53

2 Y él dijo: Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morara en Harán, 3 y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que te mostraré. 4 Entonces salió de la tierra de los caldeos, y habitó en Harán; y de allí, muerto su padre, le traspasó a esta tierra, en la cual vosotros habitáis ahora; 5 y no le dio herencia en ella, ni aun para asentar un pie; mas le prometió que se la daría en posesión, y a su simiente después de él, no teniendo hijo. 6 Y le habló Dios así: Que su simiente sería extranjera en tierra ajena, y que los sujetarían a servidumbre y maltratarían, por cuatrocientos años. 7 Mas yo juzgaré, dijo Dios, a los gentiles de los cuales serán siervos; y después de esto saldrán y me servirán en este lugar. 8 Y le dio el Pacto de la circuncisión; y así Abraham engendró a Isaac, y le circuncidó al octavo día; e Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas. 9 Y los patriarcas, movidos de envidia, vendieron a José para Egipto; mas Dios era con él; 10 y le libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría en la presencia de Faraón, rey de Egipto, el cual le puso por gobernador sobre Egipto, y sobre toda su casa. 11 Vino entonces hambre en toda la tierra de Egipto y de Canaán, y grande tribulación; y nuestros padres no hallaban alimentos. 12 Y como oyera Jacob que había trigo en Egipto, envió a nuestros padres la primera vez. 13 Y en la segunda, José fue conocido de sus hermanos, y fue sabido de Faraón el linaje de José. 14 Y enviando José, hizo venir a su padre Jacob, y a toda su parentela, en número de setenta y cinco personas. 15 Así descendió Jacob a Egipto, donde murió él y nuestros padres; 16 los cuales fueron trasladados a Siquem, y puestos en el sepulcro que compró Abraham a precio de dinero de los hijos de Hamor de Siquem. 17 ¶ Pero cuando se acercaba el tiempo de la promesa, la cual Dios había jurado a Abraham, el pueblo creció y se multiplicó en Egipto, 18 hasta que se levantó otro rey que no conocía a José. 19 Este, usando de astucia con nuestro linaje, maltrató a nuestros padres, a fin de que pusieran en peligro de muerte sus niños, para que cesara la generación. 20 En aquel mismo tiempo nació Moisés, y fue agradable a Dios; y fue criado tres meses en casa de su padre. 21 Mas siendo puesto al peligro, la hija de Faraón le tomó, y le crió por hijo. 22 Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus dichos y hechos. 23 Y como se le cumplió el tiempo de cuarenta años, subió en su corazón el visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. 24 Y como vio a uno que era injuriado, le defendió, e hiriendo al egipcio, vengó al injuriado. 25 Pero él pensaba que sus hermanos entendían que Dios les había de dar salud por su mano; mas ellos no lo habían entendido así. 26 Y al día siguiente, riñendo ellos, se les mostró, y los ponía en paz, diciendo: Varones, hermanos sois, ¿por qué os injuriáis los unos a los otros? 27 Entonces el que injuriaba a su prójimo, le rechazó, diciendo: ¿Quién te ha puesto por príncipe y juez sobre nosotros? 28 ¿Quieres tú matarme, como mataste ayer al egipcio? 29 A esta palabra Moisés huyó, y se hizo extranjero en tierra de Madián, donde engendró dos hijos. 30 ¶ Y cumplidos cuarenta años, el ángel del Señor le apareció en el desierto del monte de Sinaí, en fuego de llama de una zarza. 31 Entonces Moisés mirando, se maravilló de la visión; y acercándose para considerar, fue hecha a él voz del Señor: 32 Yo Soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, y Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Mas Moisés, temeroso, no osaba mirar. 33 Y le dijo el Señor: Quita los zapatos de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra santa. 34 He visto, he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído el gemido de ellos, y he descendido para librarlos. Ahora pues, ven, te enviaré a Egipto. 35 A este Moisés, al cual habían rehusado, diciendo: ¿Quién te ha puesto por príncipe y juez? A éste envió Dios por príncipe y redentor con la mano del ángel que le apareció en la zarza. 36 Este los sacó, haciendo prodigios y milagros en la tierra de Egipto, y en el mar Bermejo, y en el desierto por cuarenta años. 37 Este es el Moisés, el cual dijo a los hijos de Israel: Un profeta os levantará el Señor Dios vuestro de vuestros hermanos, como yo; a él oiréis. 38 Este es aquel que estuvo en la iglesia en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres; y recibió los oráculos de vida para darnos; 39 al cual nuestros padres no quisieron obedecer; antes le desecharon, y se apartaron de corazón a Egipto, 40 diciendo a Aarón: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, que nos sacó de tierra de Egipto, no sabemos qué le ha acontecido. 41 Y entonces hicieron el becerro, y ofrecieron sacrificio al ídolo, y en las obras de sus manos se regocijaron. 42 ¶ Y Dios se apartó, y los entregó a que sirvieran al ejército del cielo; como está escrito en el libro de los profetas: ¿Me ofrecisteis víctimas y sacrificios en el desierto por cuarenta años, Casa de Israel? 43 Antes, trajisteis el tabernáculo de Moloc, y la estrella de vuestro dios Renfán; figuras que os hicisteis para adorarlas. Os transportaré pues, más allá de Babilonia. 44 Tuvieron nuestros padres el tabernáculo del testimonio en el desierto, como les ordenó Dios, hablando a Moisés que lo hiciera según la forma que había visto. 45 El cual recibido, lo introdujeron también nuestros padres con Jesús {Josué en Heb.} en la posesión de los gentiles, que Dios echó de la presencia de nuestros padres, hasta los días de David; 46 el cual halló gracia delante de Dios, y pidió proveer tabernáculo para el Dios de Jacob. 47 Mas Salomón le edificó casa. 48 Si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano, como el profeta dice: 49 El cielo es mi trono, y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis?, Dice el Señor; ¿o cuál es el lugar de mi reposo? 50 ¿No hizo mi mano todas estas cosas? 51 ¶ Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros. 52 ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que antes anunciaron la venida del Justo, del cual vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores; 53 que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis.

Acts 7:55

55 Más él, estando lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios,

Acts 26:1-32

1 ¶ Entonces Agripa dijo a Pablo: Se te permite hablar por ti mismo. Pablo entonces, extendiendo la mano, comenzó a dar razón por sí, diciendo: 2 Acerca de todas las cosas de que soy acusado por los judíos, oh rey Agripa, me tengo por bienaventurado de que haya hoy de defenderme delante de ti; 3 mayormente sabiendo tú todas las costumbres y cuestiones que hay entre los judíos, por lo cual te ruego que me oigas con paciencia. 4 Mi vida, pues, desde mi juventud, la cual desde el principio fue en mi nación, en Jerusalén, todos los judíos la saben; 5 los cuales tienen ya conocido que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme a la más perfecta secta de nuestra religión he vivido, fariseo. 6 Y ahora, por la esperanza de la promesa hecha por Dios a nuestros padres, soy llamado a juicio; 7 a la cual promesa nuestras doce tribus, sirviendo constantemente de día y de noche, esperan que han de llegar. Por esta esperanza, oh rey Agripa, soy acusado de los judíos. 8 ¡Qué! ¿Se juzga cosa increíble entre vosotros que Dios resucite los muertos? 9 Yo ciertamente había pensado hacer muchas cosas contrarias contra el nombre de Jesús el Nazareno; 10 lo cual también hice en Jerusalén, y yo encerré en cárceles a muchos de los santos, recibida potestad de los príncipes de los sacerdotes; y cuando los mataron, yo di mi voto. 11 Y muchas veces, castigándolos por todas las sinagogas, los forcé a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extranjeras. 12 ¶ En lo cual ocupado, yendo a Damasco con potestad y comisión de los príncipes de los sacerdotes, 13 en mitad del día, oh rey, vi en el camino una luz del cielo, que sobrepujaba al resplandor del sol, la cual me rodeó y a los que iban conmigo. 14 Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebraica: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra los aguijones. 15 Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo Soy Jesús, a quien tú persigues. 16 Mas levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto te he aparecido, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que apareceré a ti; 17 librándote de este pueblo y de los gentiles, a los cuales ahora te envío, 18 para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, remisión de pecados y herencia entre los santificados. 19 Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial: 20 Antes anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintieran y se convirtieran a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento. 21 Por causa de esto los judíos, tomándome en el Templo, intentaron matarme. 22 Mas ayudado del auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de venir: 23 Que el Cristo había de padecer, que había de ser el primero de la resurrección de los muertos, que había de anunciar luz a este pueblo y a los gentiles. 24 ¶ Y diciendo él estas cosas, (y dando razón de sí) Festo a gran voz dijo: Estás loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco. 25 Y Pablo dijo: No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de templanza. 26 Pues el rey sabe estas cosas, delante del cual también hablo confiadamente. Pues no pienso que ignora nada de esto; pues no ha sido esto hecho en algún rincón. 27 ¿Crees, rey Agripa, a los profetas? Yo sé que crees. 28 Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades que me haga cristiano. 29 Y Pablo dijo: ¡Deseo delante de Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fuerais hechos tales cual yo soy, excepto estas prisiones! 30 Y como hubo dicho estas cosas, se levantó el rey, y el gobernador, y Berenice, y los que se habían sentado con ellos; 31 cuando se retiraron aparte, hablaban los unos a los otros, diciendo: Ninguna cosa digna ni de muerte, ni de prisión, hace este hombre. 32 Y Agripa dijo a Festo: Podía este hombre ser suelto, si no hubiera apelado a César.

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