Jeremiah 10:10 Cross References - SE

¹⁰ Mas el SEÑOR Dios es la Verdad; él mismo es Dios Vivo y Rey Eterno; de su ira tiembla la tierra, y los gentiles no pueden sufrir su furor.

²⁶ Porque, ¿qué es toda carne, para que oiga la voz del Dios viviente que habla de en medio del fuego, como nosotros la oímos, y viva?

⁴ Del Fuerte, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y ninguna iniquidad en él; es justo y recto.

⁴ Cuando saliste de Seir, oh SEÑOR, cuando te apartaste del campo de Edom, la tierra tembló, y los cielos destilaron, y las nubes gotearon aguas.

²⁶ Entonces habló David a los que junto a él estaban, diciendo: ¿Qué harán a aquel varón que venciere a este filisteo, y quitare la deshonra de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que deshonre a los escuadrones del Dios viviente?

³⁶ Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; pues este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha deshonrado al ejército del Dios viviente.

³⁹ Y viéndolo, todo el pueblo, cayeron sobre sus rostros, y dijeron: ­El SEÑOR es el Dios! ­El SEÑOR es el Dios!

³ Muchos días ha estado Israel sin verdadero Dios, y sin sacerdote, y sin enseñador, y sin ley;

⁶ que remueve la tierra de su lugar, y hace temblar sus columnas;

¹⁶ El SEÑOR, Rey eterno y perpetuo; de su tierra fueron destruidos los gentiles.

⁷ Y la tierra fue conmovida y tembló; y los fundamentos de los montes se estremecieron, y se removieron porque él se enojó.

⁵ En tu mano encomendaré mi espíritu; tú me redimirás, oh SEÑOR, Dios de verdad.

² Mi alma tuvo sed de Dios, del Dios vivo. ­Cuándo vendré, y compareceré delante de Dios!

¹¹ El Señor dará palabra; de los evangelizadores había grande ejército.

⁷ Tú, terrible eres tú: ¿Y quién parará delante de ti, en comenzando tu ira?

¹⁸ Anduvo en derredor el sonido de tus truenos; los relámpagos alumbraron el mundo; la tierra se estremeció y tembló.

² Codicia y aun ardientemente desea mi alma los atrios del SEÑOR; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.

¹¹ ¿Quién conoce la fortaleza de tu ira? Que tu ira no es menor que nuestro temor.

² Firme es tu trono desde entonces; tú eres eternalmente.

⁴ Sus relámpagos alumbraron el mundo; la tierra vio, y se angustió.

⁵ Porque el SEÑOR es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones.

³² el cual mira a la tierra, y ella tiembla; toca en los montes, y humean.

⁷ A la presencia del Señor tiembla la tierra, a la presencia del Dios de Jacob;

¹³ Mem Tu reino es reino de todos los siglos, y tu señorío en todas generaciones.

⁶ el cual hizo los cielos y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay; el que guarda verdad para siempre;

⁴ Quizá oirá el SEÑOR tu Dios las palabras de Rabsaces, al cual envió el rey de Asiria su señor a blasfemar al Dios vivo, y a reprender con las palabras, que oyó el SEÑOR tu Dios; alza pues, oración tú por el remanente que aún ha quedado.

¹⁷ Inclina, oh SEÑOR, tu oído, y oye; abre, oh SEÑOR, tus ojos, y mira; y oye todas las palabras de Sennaquerib, el cual ha enviado sus mensajeros a blasfemar al Dios viviente.

¹⁵ Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita en eternidad, y cuyo nombre es El Santo, que tengo por morada la altura y la santidad; y con el quebrantado y abatido de espíritu habito, para hacer vivir el espíritu de los abatidos, y para hacer vivir el corazón de los quebrantados.

³⁶ Y nunca más os vendrá a la memoria decir: Carga del SEÑOR; porque la palabra de cada uno le será por carga; pues pervertisteis las palabras del Dios viviente, del SEÑOR de los ejércitos, Dios nuestro.

³ Cuán grandes son sus señales, y cuán potentes sus maravillas! Su Reino, Reino sempiterno, y su señorío hasta generación y generación.

³⁴ Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi sentido me fue vuelto; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre; porque su señorío es sempiterno, y su Reino por todas las edades.

²⁶ De parte mía es puesta ordenanza, que en todo el señorío de mi reino todos teman y tiemblen de la presencia del Dios de Daniel, porque él es el Dios Viviente y permanente por todos los siglos, y su Reino tal que no se deshará, y su señorío hasta el fin.

¹⁴ Y le dio señorío, y gloria, y reino; y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron; su señorío, señorío eterno, que no será transitorio, y su Reino que no se corromperá.

¹¹ Y el SEÑOR dará su voz delante de su ejército; porque muchos son sus reales y fuertes, que ponen en efecto su palabra; porque grande es el día del SEÑOR, y muy terrible; ¿y quién lo podrá sufrir?

⁴ Y debajo de él se derretirán los montes, y los valles se hendirán como la cera delante del fuego, como las aguas que corren cuesta abajo.

⁶ ¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿Y quién quedará en pie en el furor de su enojo? Su ira se derrama como fuego, y las peñas se rompen por él.

⁶ Se paró, y midió la tierra: miró, e hizo salir los gentiles; y los montes antiguos fueron desmenuzados, los collados antiguos, los caminos del mundo se humillaron a él.

¹⁰ Te vieron, y tuvieron temor los montes; pasó la inundación de las aguas; el abismo dio su voz, la hondura alzó sus manos.

² ¿Y quién podrá sufrir el tiempo de su venida? O ¿quién podrá estar cuando él se mostrará? Porque él será como fuego purificador, y como jabón de lavadores.

¹⁶ Y respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios Viviente.

⁶³ Mas Jesús callaba. Respondiendo el sumo sacerdote, le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, Hijo de Dios.

⁵¹ Y he aquí, el velo del Templo se rompió en dos, de alto a bajo; y la tierra tembló, y las piedras se hendieron; ⁵² Y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron;

³ Esta empero es la vida eterna: que te conozcan el único Dios verdadero, y al que enviaste, Jesús, el Cristo.

¹⁵ y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, y el mar, y todo lo que está en ellos;

⁹ Porque ellos cuentan de nosotros cuál entrada tuvimos a vosotros; y de qué manera fuisteis convertidos a Dios dejando los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero.

¹⁷ Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

¹⁷ A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia de que gocemos;

³¹ Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo.

²⁰ Pero sabemos que el Hijo de Dios es venido, y nos ha dado entendimiento; para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesús, el Cristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.

¹¹ Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él, de delante del cual huyó la tierra y el cielo; y no fue hallado el lugar de ellos.