1 Timothy 2:8 Cross References - ReinaValera

⁸ Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos limpias, sin ira ni contienda.

¹¹ Y díjole Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, mas demandaste para ti inteligencia para oir juicio;

¹¹ Mas luego que fué puesto en angustias, oró ante Jehová su Dios, humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres. ¹² Y habiendo á él orado, fué atendido; pues que oyó su oración, y volviólo á Jerusalem, á su reino. Entonces conoció Manasés que Jehová era Dios.

¹⁷ A pesar de no haber iniquidad en mis manos, Y de haber sido mi oración pura.

⁴ El limpio de manos, y puro de corazón: El que no ha elevado su alma á la vanidad, Ni jurado con engaño.

⁶ Lavaré en inocencia mis manos, Y andaré alrededor de tu altar, oh Jehová:

¹³ Mas yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de saco; Afligí con ayuno mi alma, Y mi oración se revolvía en mi seno.

⁴ Así te bendeciré en mi vida: En tu nombre alzaré mis manos.

¹⁸ Si en mi corazón hubiese yo mirado á la iniquidad, El Señor no me oyera.

¹ Cántico gradual. ² Señor, oye mi voz; Estén atentos tus oídos A la voz de mi súplica.

² Alzad vuestras manos al santuario, Y bendecid á Jehová.

⁸ El sacrificio de los impíos es abominación á Jehová: Mas la oración de los rectos es su gozo.

²⁷ El sacrificio de los impíos es abominación: ­Cuánto más ofreciéndolo con maldad!

¹⁵ Cuando extendiereis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos: asimismo cuando multiplicareis la oración, yo no oiré: llenas están de sangre vuestras manos.

⁷ ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y á los pobres errantes metas en casa; que cuando vieres al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu carne? ⁸ Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salud se dejará ver presto; é irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia. ⁹ Entonces invocarás, y oirte ha Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el extender el dedo, y hablar vanidad; ¹⁰ Y si derramares tu alma al hambriento, y saciares el alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el medio día; ¹¹ Y Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías hartará tu alma, y engordará tus huesos; y serán como huerta de riego, y como manadero de aguas, cuyas aguas nunca faltan.

⁹ ¿Hurtando, matando, y adulterando, y jurando falso, é incensando á Baal, y andando tras dioses extraños que no conocisteis, ¹⁰ Vendréis y os pondréis delante de mí en esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, y diréis: Librados somos: para hacer todas estas abominaciones?

⁵⁵ Invoqué tu nombre, oh Jehová, desde la cárcel profunda. ⁵⁶ Oiste mi voz; no escondas tu oído á mi clamor, para mi respiro

¹ MAS Jehová había prevenido un gran pez que tragase á Jonás: y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches. ² Y oró Jonás desde el vientre del pez á Jehová su Dios.

⁹ Ahora pues, orad á la faz de Dios que tenga piedad de nosotros: esto de vuestra mano vino: ¿le seréis agradables? dice Jehová de los ejércitos. ¹⁰ ¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas ó alumbre mi altar de balde? Yo no recibo contentamiento en vosotros, dice Jehová de los ejércitos, ni de vuestra mano me será agradable el presente. ¹¹ Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las gentes; y en todo lugar se ofrece á mi nombre perfume, y presente limpio: porque grande es mi nombre entre las gentes, dice Jehová de los ejércitos.

²² Mas yo os digo, que cualquiera que se enojare locamente con su hermano, será culpado del juicio; y cualquiera que dijere á su hermano, Raca, será culpado del concejo; y cualquiera que dijere, Fatuo, será culpado del infierno del fuego. ²³ Por tanto, si trajeres tu presente al altar, y allí te acordares de que tu hermano tiene algo contra ti, ²⁴ Deja allí tu presente delante del altar, y vete, vuelve primero en amistad con tu hermano, y entonces ven y ofrece tu presente.

⁴⁴ Mas yo os digo: Amad á vuestros enemigos, bendecid á los que os maldicen, haced bien á los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;

¹² Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos á nuestros deudores.

¹⁴ Porque si perdonareis á los hombres sus ofensas, os perdonará también á vosotros vuestro Padre celestial. ¹⁵ Mas si no perdonareis á los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

²¹ Y respondiendo Jesús les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera: mas si á este monte dijereis: Quítate y échate en la mar, será hecho.

²³ Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere á este monte: Quítate, y échate en la mar, y no dudare en su corazón, mas creyere que será hecho lo que dice, lo que dijere le será hecho. ²⁴ Por tanto, os digo que todo lo que orando pidiereis, creed que lo recibiréis, y os vendrá. ²⁵ Y cuando estuviereis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que vuestro Padre que está en los cielos os perdone también á vosotros vuestras ofensas.

³⁴ Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y partiendo sus vestidos, echaron suertes.

⁴² Y dijo á Jesús: Acuérdate de mí cuando vinieres á tu reino. ⁴³ Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso.

⁵⁰ Y sacólos fuera hasta Bethania, y alzando sus manos, los bendijo.

²¹ Dícele Jesús: Mujer, créeme, que la hora viene, cuando ni en este monte, ni en Jerusalem adoraréis al Padre.

²³ Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que adoren. ²⁴ Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

⁶⁰ Y puesto de rodillas, clamó á gran voz: Señor, no les imputes este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.

² Pío y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba á Dios siempre.

⁴ Y él, puestos en él los ojos, espantado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y díjole: Tus oraciones y tus limosnas han subido en memoria á la presencia de Dios.

³¹ Y dijo: Cornelio, tu oración es oída, y tus limosnas han venido en memoria en la presencia de Dios.

⁵ Y cumplidos aquellos días, salimos acompañándonos todos, con sus mujeres é hijos, hasta fuera de la ciudad; y puestos de rodillas en la ribera, oramos.

⁷ Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo: empero cada uno tiene su propio don de Dios; uno á la verdad así, y otro así.

¹⁴ Quiero pues, que las que son jóvenes se casen, críen hijos, gobiernen la casa; que ninguna ocasión den al adversario para maldecir.

⁸ Palabra fiel, y estas cosas quiero que afirmes, para que los que creen á Dios procuren gobernarse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles á los hombres.

²² Lleguémonos con corazón verdadero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua limpia.

⁶ Pero pida en fe, no dudando nada: porque el que duda es semejante á la onda de la mar, que es movida del viento, y echada de una parte á otra. ⁷ No piense pues el tal hombre que recibirá ninguna cosa del Señor. ⁸ El hombre de doblado ánimo es inconstante en todos sus caminos.

⁸ Allegaos á Dios, y él se allegará á vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros de doblado ánimo, purificad los corazones.

⁷ Vosotros maridos, semejantemente, habitad con ellas según ciencia, dando honor á la mujer como á vaso más frágil, y como á herederas juntamente de la gracia de la vida; para que vuestras oraciones no sean impedidas.

²⁰ Porque si nuestro corazón nos reprendiere, mayor es Dios que nuestro corazón, y conoce todas las cosas. ²¹ Carísimos, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; ²² Y cualquier cosa que pidiéremos, la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.