Psalms 72:16 Cross References - JBS

¹⁶ Será echado un puño de grano en tierra, en las cumbres de los montes; su fruto hará estruendo como el Líbano, y desde la ciudad reverdecerán como la hierba de la tierra.

²⁰ Los de Judá y de Israel eran muchos, como la arena que está junto al mar en multitud, comiendo y bebiendo y alegrándose.

²⁵ Y entenderás que tu simiente es mucha, y tus renuevos como la hierba de la tierra.

⁷ De tal manera que tu principio habrá sido pequeño, en comparación del grande crecimiento de tu postrimería.

⁶ Descenderá como la lluvia sobre el pasto cortado; como el rocío que destila sobre la tierra.

¹² El justo florecerá como la palma; crecerá como cedro en el Líbano. ¹³ Plantados en la Casa del SEÑOR, en los atrios de nuestro Dios florecerán. ¹⁴ Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes;

¹⁶ Se sacian los árboles del SEÑOR, los cedros del Líbano que él plantó.

² Y acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el Monte de la Casa del SEÑOR por cabeza de los montes; y será ensalzado sobre los collados; y correrán a él todos los gentiles; ³ y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al Monte del SEÑOR, a la Casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del SEÑOR.

¹⁷ ¿No será tornado de aquí a muy poco tiempo el Líbano en Carmelo campo fértil, y el Carmelo no será estimado por bosque?

²³ Entonces dará lluvia a tu sementera, cuando sembrares la tierra; y pan del fruto de la tierra; y será fértil y grueso; y tus ganados en aquel tiempo serán apacentados en anchas dehesas.

¹⁵ hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se torne en campo labrado; y el campo labrado sea estimado por bosque.

²⁰ Dichosos vosotros los que sembráis sobre todas las aguas; los que aréis con buey y con asno.

² Florecerá profusamente, y también alabará y cantará con júbilo; la honra del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria del SEÑOR, la hermosura del Dios nuestro.

³ Porque yo derramaré aguas sobre el sediento, y ríos sobre la tierra árida. Derramaré mi Espíritu sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos; ⁴ y brotarán como entre hierba, como sauces junto a las riberas de las aguas. ⁵ Este dirá: Yo soy del SEÑOR; el otro se llamará del nombre de Jacob; el otro escribirá con su mano, al SEÑOR, otro se pondrá por sobrenombre, Israel.

²² Como no puede ser contado el ejército del cielo, ni la arena del mar se puede medir, así multiplicaré la simiente de David mi siervo, y los levitas que a mí me ministran.

⁵ Yo seré a Israel como rocío; él florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano. ⁶ Se extenderán sus ramos, y será su gloria como la de la oliva, y olerá como el Líbano. ⁷ Volverán los que se sentarán bajo su sombra; serán vivificados como trigo, y florecerán como la vid; su olor, como de vino del Líbano.

³¹ Otra parábola les propuso, diciendo: El Reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que tomándolo un hombre lo sembró en su campo; ³² el cual a la verdad es la más pequeña de todas las simientes; mas cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas. ³³ Otra parábola les dijo: El Reino de los cielos es semejante a la levadura que tomándola la mujer, la esconde en tres medidas de harina, hasta que todo se leude.

¹⁵ Y les dijo: Id por todo el mundo; y predicad el Evangelio a toda criatura. ¹⁶ El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.

¹⁵ ¶ Y en aquellos días, Pedro, levantándose en medio de los discípulos, dijo (y era el número de los nombres como de ciento veinte):

⁴¹ Así que, los que recibieron su palabra, fueron bautizados; y fueron añadidas a ellos aquel día como tres mil personas.

⁴ Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y fue el número de los varones como cinco mil.

⁶ Yo planté, Apolos regó; mas Dios ha dado el crecimiento. ⁷ Así que, ni el que planta es algo, ni el que riega; sino Dios, que da el crecimiento. ⁸ Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su salario conforme a su labor. ⁹ Porque nosotros, colaboradores somos de Dios; y vosotros labranza de Dios sois, edificio de Dios sois.

⁹ Después de estas cosas miré, y he aquí una gran compañía, la cual ninguno podía contar, de todas naciones y linajes y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de luengas ropas blancas, y palmas en sus manos;

¹⁴ Y yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han venido de gran tribulación, y han lavado sus luengas ropas, y las han blanqueado en la sangre del Cordero.