Psalms 26:8 Cross References - JBS

⁸ SEÑOR, la habitación de tu Casa he amado, y el lugar del tabernáculo de tu gloria.

²¹ Y pondrás el asiento de la reconciliación sobre el arca, y en el arca pondrás el testimonio que yo te daré. ²² Y de allí me testificaré a ti, y hablaré contigo de sobre el asiento de la reconciliación, de entre los dos querubines que estarán sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandaré para los hijos de Israel.

³⁴ ¶ Entonces una nube cubrió el tabernáculo del testimonio, y la gloria del SEÑOR llenó el tabernáculo. ³⁵ Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo del testimonio, porque la nube estaba sobre él, y la gloria del SEÑOR lo tenía lleno.

²⁵ Pero dijo el rey a Sadoc: Vuelve el arca de Dios a la ciudad; que si yo hallare gracia en los ojos del SEÑOR, él me volverá, y me hará ver a ella y a su tabernáculo.

³ A más de esto, por cuanto tengo mi contentamiento en la Casa de mi Dios, yo tengo en mi tesoro particular oro y plata, el cual he dado para la Casa de mi Dios, además de todas las cosas que he aparejado para la Casa del santuario:

¹⁴ Y no podían los sacerdotes estar para ministrar por causa de la nube; porque la gloria del SEÑOR había llenado la Casa de Dios.

⁴ Una cosa he demandado al SEÑOR, ésta buscaré; que esté yo en la Casa del SEÑOR todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del SEÑOR, y para inquirir en su templo. ⁵ Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; me esconderá en el escondrijo de su tienda; en roca me pondrá alto. ⁶ Y luego ensalzará mi cabeza sobre mis enemigos en derredor mío; y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo; cantaré y alabaré al SEÑOR.

⁴ De estas cosas me acordaré, y derramaré mi alma sobre mí. Cuando pasaré en el número, iré con ellos hasta la Casa de Dios, con voz de alegría y de alabanza, bailando la multitud.

² Así te miré en santidad, cuando vi tu fortaleza y tu gloria. ³ ¶ Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán.

¹ Al Vencedor: sobre Gitit:
A los hijos de Coré. Salmo. ¡Cuán amables son tus moradas, oh SEÑOR de los ejércitos! ² Codicia y aun ardientemente desea mi alma los atrios del SEÑOR; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.

¹⁰ Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos; escogí antes estar a la puerta en la Casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad.

¹ Canción de las gradas: de David. Yo me alegré con los que me decían: A la Casa del SEÑOR iremos. ² Nuestros pies estuvieron en tus puertas, oh Jerusalén; ³ Jerusalén, la que es edificada como una ciudad que está bien unida entre sí. ⁴ Porque allá subieron las tribus, las tribus de JAH, el testimonio a Israel, para alabar el Nombre del SEÑOR.

⁹ A causa de la Casa del SEÑOR nuestro Dios, buscaré bien para ti.

²⁰ El SEÑOR está listo para salvarme; por tanto cantaremos nuestros Salmos en la Casa del SEÑOR todos los días de nuestra vida.

²² Y Ezequías había dicho ¿Qué señal será que tengo que subir a la Casa del SEÑOR?

⁴⁶ Y aconteció, que después de tres días le hallaron en el Templo, sentado en medio de los doctores, oyéndoles y preguntándoles.

⁴⁹ Entonces él les dice: ¿Qué hay? ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios que son de mi Padre me conviene estar?

⁴⁵ Y entrando en el Templo, comenzó a echar fuera a todos los que vendían y compraban en él. ⁴⁶ Diciéndoles: Escrito está: Mi Casa, Casa de oración es; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones. ⁴⁷ Y enseñaba cada día en el Templo; mas los príncipes de los sacerdotes, y los escribas, y los principales del pueblo procuraban matarle.

¹⁴ Y halló en el Templo a los que vendían bueyes, y ovejas, y palomas, y a los cambiadores de dinero sentados. ¹⁵ Y hecho un azote de cuerdas, los echó a todos del Templo, y las ovejas, y los bueyes; y derramó los dineros de los cambiadores, y trastornó las mesas; ¹⁶ y a los que vendían las palomas, dijo: Quitad de aquí esto; no hagáis la Casa de mi Padre casa de mercado. ¹⁷ Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu Casa me consumió.