Proverbs 3:11 Cross References - JBS

¹¹ No deseches, hijo mío, el castigo del SEÑOR; ni te fatigues de su corrección;

⁵ Mas ahora que a ti te ha venido, te es molesto; y cuando ha llegado hasta ti, te turbas.

¹⁷ ¶ He aquí, que bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; por tanto no menosprecies la corrección del Todopoderoso.

¹² ¶ Bienaventurado el varón a quien tú, JAH, corriges, y en tu ley lo instruyeres;

¹⁰ ¶ Si fueres flojo en el día de tribulación, tu fuerza será reducida.

³⁰ Los jóvenes se fatigan, y se cansan; los niños flaquean y caen; ³¹ pero los que esperan al SEÑOR tendrán nuevas fuerzas; levantarán las alas, como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

³² Mas siendo juzgados, somos castigados del Señor, para que no seamos condenados con el mundo.

¹ ¶ Por lo cual teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos alcanzado, no faltamos;

¹⁶ Por tanto, no faltamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior sin embargo se renueva de día en día. ¹⁷ Porque nuestra tribulación, que al presente es momentáneo y leve, nos obra en sobremanera un alto y eterno peso de gloria;

³ Traed pues muchas veces a vuestro pensamiento a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que no os fatiguéis en vuestros ánimos desmayando.

⁵ y estáis ya olvidados de la consolación que como con hijos habla con vosotros, (diciendo): Hijo mío, no menosprecies el castigo del Señor, ni desmayes cuando eres de él redargüido; ⁶ porque el Señor al que ama castiga, y azota a cualquiera que recibe por hijo. ⁷ Si sufrís el castigo, Dios se os presenta como a hijos, porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no castiga? ⁸ Mas si estáis fuera del castigo, del cual todos los hijos han sido hechos participantes, luego adulterinos sois y no hijos. ⁹ Además, tuvimos por castigadores a los padres de nuestra carne, y los reverenciábamos: ¿por qué no seamos sujetos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? ¹⁰ Y aquellos, a la verdad, por pocos días nos castigaban como a ellos les parecía; mas éste para lo que nos es provechoso, es a saber, para que recibamos su santificación. ¹¹ Es verdad que ningún castigo al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; mas después da fruto apacible de justicia a los que en él son ejercitados. ¹² Por lo cual alzad las manos caídas y las rodillas descoyuntadas.

¹⁹ Yo reprendo y castigo a todos los que amo: sé pues celoso, y enmiéndate.