Psalms 78:17-42

SE(i) 17 Pero aun tornaron a pecar contra él, enojando al Altísimo en la soledad. 18 Y tentaron a Dios en su corazón, pidiendo comida al gusto de su alma. 19 Y hablaron contra Dios, diciendo: ¿Podrá Dios ponernos mesa en el desierto? 20 He aquí ha herido la peña, y corrieron aguas, y arroyos salieron ondeando: ¿Podrá también dar pan? ¿Aparejará carne a su pueblo? 21 Por tanto oyó el SEÑOR, y se enojó; se encendió el fuego contra Jacob, y el furor subió también contra Israel; 22 por cuanto no habían creído a Dios, ni habían confiado de su salud. 23 Y mandó a las nubes de arriba, y abrió las puertas de los cielos, 24 e hizo llover sobre ellos maná para comer, y les dio trigo de los cielos. 25 Pan de nobles comió el hombre; les envió comida hasta saciarles. 26 Movió el solano en el cielo, y trajo con su fortaleza el austro, 27 e hizo llover sobre ellos carne como polvo, y aves de alas como arena del mar. 28 Y las hizo caer en medio de su campamento, alrededor de sus tiendas. 29 Y comieron, y se saciaron bien; les cumplió pues su deseo. 30 No habían quitado de sí su deseo, aun estaba su vianda en su boca, 31 cuando vino sobre ellos el furor de Dios, y mató los más robustos de ellos, y derribó los escogidos de Israel. 32 Con todo esto pecaron aún, y no dieron crédito a sus maravillas. 33 Consumió por tanto sus días en vanidad, y sus años en tribulación. 34 Si los mataba, entonces le buscaban; y se convertían, y buscaban a Dios de mañana. 35 Y se acordaban que Dios era su refugio, y el Dios Alto su redentor. 36 Mas le lisonjeaban con su boca, y con su lengua le mentían, 37 pues sus corazones no eran rectos con él, ni estuvieron firmes en su pacto. 38 Pero él, misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruyó; y abundó su misericordia para apartar su ira, y no despertó toda su ira. 39 Y se acordó que eran carne; soplo que va y no vuelve. 40 Cuántas veces lo ensañaron en el desierto, lo enojaron en la soledad! 41 Y volvían, y tentaban a Dios, y ponían límite al Santo de Israel. 42 No se acordaron de su mano, del día que los redimió de angustia;