Psalms 119:127-150:6

JBS(i) 127 Por eso he amado tus mandamientos más que el oro, y más que oro muy puro. 128 Por eso todos los mandamientos de todas las cosas estimé rectos; aborrecí todo camino de mentira. 129 ¶ PE Maravillosos son tus testimonios; por tanto los ha guardado mi alma. 130 La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples. 131 Mi boca abrí y suspiré; porque deseaba tus mandamientos. 132 Mírame, y ten misericordia de mí, como acostumbras con los que aman tu Nombre. 133 Ordena mis pasos con tu palabra; y ninguna iniquidad se enseñoree de mí. 134 Redímeme de la violencia de los hombres; y guardaré tus mandamientos. 135 Haz que tu rostro resplandezca sobre tu siervo; y enséñame tus estatutos. 136 Ríos de agua descendieron de mis ojos, porque no guardaban tu ley. 137 ¶ TSADE Justo eres tú, oh SEÑOR, y rectos tus juicios. 138 Encargaste la justicia es a saber tus testimonios, y tu verdad. 139 Mi celo me ha consumido; porque mis enemigos se olvidaron de tus palabras. 140 Sumamente pura es tu palabra; y tu siervo la ama. 141 Pequeño soy yo y desechado; mas no me he olvidado de tus mandamientos. 142 Tu justicia es justicia eterna, y tu ley la misma verdad. 143 Aflicción y angustia me hallaron; mas tus mandamientos fueron mis deleites. 144 Justicia eterna son tus testimonios; dame entendimiento, y viviré. 145 ¶ COF Clamé con todo mi corazón; respóndeme, SEÑOR, y guardaré tus estatutos. 146 Clamé a ti; sálvame, y guardaré tus testimonios. 147 Me anticipé al alba, y clamé; esperé en tu palabra. 148 Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, para meditar en tus dichos. 149 Oye mi voz conforme a tu misericordia, oh SEÑOR; vivifícame conforme a tu juicio. 150 Se acercaron a la maldad los que me persiguen; se alejaron de tu ley. 151 Cercano estás tú, oh SEÑOR; y todos tus mandamientos son la misma verdad. 152 Hace ya mucho que he entendido de tus testimonios, que para siempre los fundaste. 153 ¶ RESH Mira mi aflicción, y líbrame; porque de tu ley no me he olvidado. 154 Aboga mi causa, y redímeme; vivifícame con tu dicho. 155 Lejos está de los impíos la salud; porque no buscan tus estatutos. 156 Muchas son tus misericordias, oh SEÑOR; vivifícame conforme a tus juicios. 157 Muchos son mis perseguidores y mis enemigos; mas de tus testimonios no me he apartado. 158 Veía a los prevaricadores, y me carcomía; porque no guardaban tus palabras. 159 Mira, oh SEÑOR, que amo tus mandamientos; vivifícame conforme a tu misericordia. 160 El principio de tu palabra es la misma verdad; y eterno es todo juicio de tu justicia. 161 ¶ SIN Príncipes me han perseguido sin causa; mas mi corazón tuvo miedo de tus palabras. 162 Me gozo sobre tu dicho, como el que halla muchos despojos. 163 La mentira aborrezco y abomino; tu ley amo. 164 Siete veces al día te alabo sobre los juicios de tu justicia. 165 Mucha paz tienen los que aman tu ley; y no hay para ellos tropiezo. 166 Tu salud he esperado, oh SEÑOR; y tus mandamientos he puesto por obra. 167 Mi alma ha guardado tus testimonios, y los he amado en gran manera. 168 He guardado tus mandamientos, y tus testimonios; porque todos mis caminos están delante de ti. 169 ¶ TAU Acérquese mi clamor delante de ti, oh SEÑOR; dame entendimiento conforme a tu palabra. 170 Venga mi oración delante de ti; líbrame conforme a tu dicho. 171 Mis labios rebosarán alabanza, cuando me enseñares tus estatutos. 172 Hablará mi lengua tus dichos; porque todos tus mandamientos son la misma justicia. 173 Sea tu mano en mi socorro; porque tus mandamientos he escogido. 174 He deseado tu salud, oh SEÑOR; y tu ley es mi delicia. 175 Viva mi alma y alábale; y tus juicios me ayuden. 176 Yo me perdí como oveja extraviada; busca a tu siervo; porque no me he olvidado de tus mandamientos. 120 1 Canción de las gradas. Al SEÑOR llamé estando en angustia, y él me respondió. 2 Libra mi alma, oh SEÑOR, del labio mentiroso, de la lengua engañosa. 3 ¿Qué te dará a ti, o qué te añadirá la lengua engañosa? 4 Agudas saetas de valiente, con brasas de enebro. 5 ¶ ¡Ay de mí, que peregrino en Mesec, y habito con las tiendas de Cedar! 6 Mucho se detiene mi alma con los que aborrecen la paz. 7 Yo soy pacífico; y cuando hablo, ellos guerrean. 121 1 Canción de las gradas. Alzaré mis ojos a los montes, de donde vendrá mi socorro. 2 Mi socorro viene de parte del SEÑOR, que hizo los cielos y la tierra. 3 No dará tu pie al resbaladero; ni se dormirá el que te guarda. 4 He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel. 5 El SEÑOR será tu guardador; el SEÑOR será tu sombra a tu mano derecha. 6 El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche. 7 El SEÑOR te guardará de todo mal; el guardará tu alma. 8 El SEÑOR guardará tu salida y tu entrada, desde ahora y para siempre. 122 1 Canción de las gradas: de David. Yo me alegré con los que me decían: A la Casa del SEÑOR iremos. 2 Nuestros pies estuvieron en tus puertas, oh Jerusalén; 3 Jerusalén, la que es edificada como una ciudad que está bien unida entre sí. 4 Porque allá subieron las tribus, las tribus de JAH, el testimonio a Israel, para alabar el Nombre del SEÑOR. 5 Porque allá están los tronos del juicio, los tronos de la casa de David. 6 ¶ Demandad la paz de Jerusalén; sean pacificados los que te aman. 7 Haya paz en tu antemuro, y descanso en tus palacios. 8 A causa de mis hermanos y mis compañeros hablaré ahora paz de ti. 9 A causa de la Casa del SEÑOR nuestro Dios, buscaré bien para ti. 123 1 Canción de las gradas. A ti alcé mis ojos, a ti que habitas en los cielos. 2 He aquí como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la sierva a la mano de su señora; así nuestros ojos esperan al SEÑOR nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros. 3 Ten misericordia de nosotros, oh SEÑOR, ten misericordia de nosotros; porque estamos muy hastiados de menosprecio. 4 Muy hastiada está nuestra alma del escarnio de los que están en holgura; del menosprecio de los soberbios. 124 1 Canción de las gradas: de David. Al no haber estado el SEÑOR por nosotros, diga ahora Israel: 2 Al no haber estado el SEÑOR por nosotros, cuando se levantaron contra nosotros los hombres, 3 vivos nos habrían entonces tragado, cuando se encendió su furor contra nosotros. 4 Entonces nos habrían inundado las aguas; sobre nuestra alma hubiera pasado el torrente; 5 hubieran entonces pasado sobre nuestra alma las aguas soberbias. 6 ¶ Bendito el SEÑOR, que no nos dio por presa a sus dientes. 7 Nuestra alma escapó cual ave del lazo de los cazadores; se quebró el lazo, y escapamos nosotros. 8 Nuestro socorro es en el Nombre del SEÑOR, que hizo el cielo y la tierra. 125 1 Canción de las gradas. Los que confían en el SEÑOR son como el monte de Sion que no deslizará; estará para siempre. 2 Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, así el SEÑOR alrededor de su pueblo desde ahora y para siempre. 3 Porque no reposará la vara de la impiedad sobre la suerte de los justos; para que no extiendan los justos sus manos a la iniquidad. 4 ¶ Haz bien, oh SEÑOR, a los buenos, y a los que son rectos en sus corazones. 5 Mas a los que se apartan tras sus perversidades, el SEÑOR los llevará con los que obran iniquidad; y paz sea sobre Israel. 126 1 Canción de las gradas. Cuando el SEÑOR hiciere tornar la cautividad de Sion, seremos como los que sueñan. 2 Entonces nuestra boca se llenará de risa, y nuestra lengua de alabanza; entonces dirán entre los gentiles: Grandes cosas ha hecho el SEÑOR con éstos. 3 Grandes cosas ha hecho el SEÑOR con nosotros; estaremos alegres. 4 ¶ Haz volver nuestra cautividad oh SEÑOR, como los arroyos en el austro. 5 Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. 6 Irá andando y llorando el que lleva la preciosa simiente; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas. 127 1 Canción de las gradas:
para Salomón.
Si el SEÑOR no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el SEÑOR no guardare la ciudad, en vano vela la guardia. 2 Por demás os es el madrugar a levantaros, el veniros tarde a reposar, el comer pan de dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño. 3 He aquí, heredad del SEÑOR son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. 4 Como saetas en mano del valiente, así son los hijos mancebos. 5 Dichoso el varón que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta. 128 1 ¶ Canción de las gradas. Bienaventurado todo aquel que teme al SEÑOR, que anda en sus caminos. 2 Cuando comieres el trabajo de tus manos, dichoso tú, y tendrás bien. 3 Tu mujer será como la vid que lleva fruto a los lados de tu casa; tus hijos como plantas de olivas alrededor de tu mesa. 4 He aquí que así será bendito el varón que teme al SEÑOR. 5 Bendígate el SEÑOR desde Sion, y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida. 6 Y veas a los hijos de tus hijos, y la paz sobre Israel. 129 1 Canción de las gradas. Mucho me han angustiado desde mi juventud, diga ahora Israel: 2 Mucho me han angustiado desde mi juventud; mas no prevalecieron contra mí. 3 Sobre mis espaldas araron los aradores; hicieron largos surcos. 4 El SEÑOR es justo; cortó las coyundas de los impíos. 5 ¶ Serán avergonzados y vueltos atrás todos los que aborrecen a Sion. 6 Serán como la hierba de los tejados, que se seca antes que crezca; 7 de la cual no llenó el segador su mano, ni sus brazos el que hace gavillas. 8 Ni dijeron los que pasaban: La bendición del SEÑOR sea sobre vosotros; os bendecimos en el Nombre del SEÑOR. 130 1 Canción de las gradas. De lo profundo te llamo, oh SEÑOR. 2 Señor, oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi oración. 3 JAH, si retuvieres a las iniquidades, ¿Señor quién persistirá? 4 Por lo cual hay perdón cerca de ti, para que seas temido. 5 ¶ Esperé yo al SEÑOR, esperó mi alma; a su palabra he esperado. 6 Mi alma esperó al SEÑOR más que los centinelas esperan a la mañana, más que los centinelas a la mañana. 7 Espere Israel al SEÑOR; porque con el SEÑOR hay misericordia; y abundante redención cerca de él. 8 Y él rescatará a Israel de todas sus iniquidades. 131 1 Canción de las gradas: de David. SEÑOR, mi corazón no se ha envanecido, ni mis ojos se enaltecieron; ni anduve en grandezas, ni en cosas maravillosas más de lo que me pertenecía. 2 Sino que me puse en silencio, e hice callar mi alma, sea yo como el destetado de su madre; como el destetado de mi propia vida. 3 Espera, oh Israel, al SEÑOR desde ahora y para siempre. 132 1 Canción de las gradas. Acuérdate, oh SEÑOR, de David, de toda su aflicción; 2 de cómo juró al SEÑOR, prometió al Fuerte de Jacob: 3 No entraré en la morada de mi casa, ni subiré sobre el lecho de mi estrado; 4 no daré sueño a mis ojos, ni a mis párpados adormecimiento, 5 hasta que halle lugar para el SEÑOR, moradas para el Fuerte de Jacob. 6 He aquí, en Efrata oímos de ella; la hallamos en los campos del bosque. 7 Entraremos en sus tiendas; adoremos al estrado de sus pies. 8 Levántate, oh SEÑOR, a tu reposo; tú y el arca de tu fortaleza. 9 Tus sacerdotes se vistan de justicia, y se regocijen tus misericordiosos. 10 Por amor de David tu siervo no vuelvas de tu ungido el rostro. 11 ¶ Juró el SEÑOR verdad a David, no se apartará de ella; del fruto de tu vientre pondré sobre tu trono. 12 Si tus hijos guardaren mi alianza, y mi testimonio que yo les enseñare; sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre. 13 Porque el SEÑOR ha elegido a Sion; la deseó por habitación para sí. 14 Este será mi reposo para siempre; aquí habitaré, porque la he deseado. 15 Bendeciré abundantemente su provisión; a sus pobres saciaré de pan. 16 Y a sus sacerdotes vestiré de salud, y sus misericordiosos exultarán de gozo. 17 Allí haré reverdecer el cuerno de David; yo he aparejado lámpara a mi ungido. 18 A sus enemigos vestiré de confusión; y sobre él florecerá su corona. 133 1 Canción de las gradas: de David. ¡Mirad cuán bueno y cuán suave es habitar los hermanos igualmente en uno! 2 Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, que desciende sobre el borde de sus vestiduras; 3 como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion. Porque allí envía el SEÑOR bendición, y vida eterna. 134 1 Canción de las gradas. Mirad, bendecid al SEÑOR, vosotros todos los siervos del SEÑOR, los que en la Casa del SEÑOR estáis por las noches. 2 Alzad vuestras manos al santuario, y bendecid al SEÑOR. 3 Bendígate el SEÑOR desde Sion, el que hizo los cielos y la tierra. 135 1 Alelu-JAH. Alabad el Nombre del SEÑOR; Alabadle, siervos del SEÑOR; 2 los que estáis en la Casa del SEÑOR, en los atrios de la Casa de nuestro Dios. 3 Alabad a JAH, porque es bueno el SEÑOR; cantad salmos a su Nombre, porque es suave. 4 Porque JAH ha escogido a Jacob para sí, a Israel por posesión suya. 5 ¶ Porque yo sé que el SEÑOR es grande, y el Señor nuestro, mayor que todos los dioses. 6 Todo lo que quiso el SEÑOR, hizo en los cielos y en la tierra; en los mares, y en todos los abismos. 7 El que hace subir las nubes del cabo de la tierra; hizo los relámpagos en la lluvia; el que saca los vientos de sus tesoros. 8 El que hirió a los primogénitos de Egipto, desde el hombre hasta la bestia. 9 Envió señales y prodigios en medio de ti, oh Egipto, sobre el Faraón, y sobre todos sus siervos. 10 El que hirió muchos gentiles, y mató reyes poderosos: 11 A Sehón rey amorreo, y a Og rey de Basán, y a todos los reinos de Canaán. 12 Y dio la tierra de ellos en heredad, en heredad a Israel su pueblo. 13 Oh SEÑOR, tu Nombre es eterno; tu memoria, oh SEÑOR para generación y generación. 14 Porque juzgará el SEÑOR su pueblo, y sobre sus siervos se arrepentirá. 15 ¶ Los ídolos de los gentiles son plata y oro, obra de manos de hombres. 16 Tienen boca, y no hablan; tienen ojos, y no ven; 17 tienen orejas, y no oyen; tampoco hay espíritu en sus bocas. 18 Como ellos sean los que los hacen; y todos los que en ellos confían. 19 Casa de Israel, bendecid al SEÑOR; casa de Aarón, bendecid al SEÑOR; 20 casa de Leví, bendecid al SEÑOR; los que teméis al SEÑOR, bendecid al SEÑOR. 21 Bendito el SEÑOR de Sion, el que mora en Jerusalén. Alelu-JAH. 136 1 Alabad al SEÑOR, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia. 2 Alabad al Dios de dioses, porque para siempre es su misericordia. 3 Alabad al Señor de señores, porque para siempre es su misericordia. 4 Al único que hace grandes maravillas, porque para siempre es su misericordia. 5 Al que hizo los cielos con inteligencia, porque para siempre es su misericordia. 6 Al que tendió la tierra sobre las aguas, porque para siempre es su misericordia; 7 al que hizo las grandes luminarias, porque para siempre es su misericordia; 8 el sol para que dominara en el día, porque para siempre es su misericordia; 9 la luna y las estrellas para que dominaran en la noche, porque para siempre es su misericordia. 10 ¶ Al que hirió a Egipto en sus primogénitos, porque para siempre es su misericordia. 11 Al que sacó a Israel de en medio de ellos, porque para siempre es su misericordia; 12 con mano fuerte, y brazo extendido, porque para siempre es su misericordia. 13 Al que dividió el mar Bermejo en partes, porque para siempre es su misericordia; 14 e hizo pasar a Israel por en medio de él, porque para siempre es su misericordia; 15 y sacudió al Faraón y a su ejército en el mar Bermejo, porque para siempre es su misericordia. 16 Al que pastoreó a su pueblo por el desierto, porque para siempre es su misericordia. 17 Al que hirió grandes reyes, porque para siempre es su misericordia; 18 y mató reyes poderosos, porque para siempre es su misericordia; 19 a Sehón rey amorreo, porque para siempre es su misericordia, 20 Y a Og rey de Basán, porque para siempre es su misericordia. 21 Y dio la tierra de ellos en heredad, porque para siempre es su misericordia; 22 En heredad a Israel su siervo, porque para siempre es su misericordia. 23 ¶ El es el que en nuestro abatimiento se acordó de nosotros, porque para siempre es su misericordia; 24 y nos rescató de nuestros enemigos, porque para siempre es su misericordia. 25 El que da sustento a toda carne, porque para siempre es su misericordia. 26 Alabad al Dios de los cielos; porque para siempre es su misericordia. 137 1 Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos, y aun llorábamos, acordándonos de Sion. 2 Sobre los sauces que están en medio de ella colgamos nuestras arpas; 3 cuando nos pedían allí, los que nos cautivaron, las palabras de la canción, (colgadas nuestras arpas de alegría) diciendo: Cantadnos de las canciones de Sion. 4 ¿Cómo cantaremos canción del SEÑOR en tierra de extraños? 5 Si me olvidare de ti, oh Jerusalén, mi diestra sea olvidada. 6 Mi lengua se pegue a mi paladar, si de ti no me acordare; si no ensalzare a Jerusalén como preferente asunto de mi alegría. 7 ¶ Acuérdate, oh SEÑOR, de los hijos de Edom en el día de Jerusalén; quienes decían: Arrasadla, arrasadla hasta los cimientos. 8 Hija de Babilonia destruida, dichoso el que te diere tu pago, que nos pagaste a nosotros. 9 Dichoso el que tomara y estrellara tus niños a las piedras. 138 1 De David. Te Alabaré con todo mi corazón; delante de los dioses te cantaré salmos. 2 Adoraré al templo de tu santidad, y alabaré tu Nombre sobre tu misericordia y tu verdad; porque has hecho magnífico tu Nombre, y has engrandecido tu dicho sobre todas las cosas. 3 El día que llamé, me respondiste; me fortaleciste con fortaleza en mi alma. 4 Te confesarán, oh SEÑOR, todos los reyes de la tierra, cuando oigan los dichos de tu boca. 5 Y cantarán en los caminos del SEÑOR, que la gloria del SEÑOR es grande. 6 ¶ Porque el alto SEÑOR mira al humilde; y al altivo no lo conoce. 7 Si anduviere yo por medio de la angustia, me vivificarás; contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano, y tu diestra me salvará. 8 El SEÑOR cumplirá por mí; tu misericordia, oh SEÑOR, es para siempre; no dejarás la obra de tus manos. 139 1 Al Vencedor: de David: Salmo. SEÑOR, me has examinado y conocido. 2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme, has entendido desde lejos mis pensamientos. 3 Mi andar y mi reposo has ceñido, y todos mis caminos has aparejado. 4 Pues aun no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh SEÑOR, tú la supiste toda. 5 Rostro y envés me formaste, y sobre mí pusiste tu mano. 6 Más maravillosa es su ciencia que mi capacidad; alta es, no puedo comprenderla. 7 ¶ ¿Adónde me iré de tu Espíritu? ¿Y adónde huiré de tu presencia? 8 Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si hiciere mi estrado en el Seol, hete allí. 9 Si tomare las alas del alba, y habitare en el extremo del mar, 10 aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. 11 Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá por causa de mí. 12 Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; las tinieblas son como la luz. 13 Porque tú poseíste mis riñones; me cubriste en el vientre de mi madre. 14 Te alabaré; porque me formaste de una manera formidable y maravillosa; y esto mi alma conoce en gran manera. 15 No fue encubierto mi cuerpo de ti, aunque yo fui hecho en secreto, y entretejido en lo profundo de la tierra. 16 Tus ojos vieron mi cuerpo aun imperfecto, y en tu libro todos mis miembros estaban escritos; que fueron luego formados, sin faltar uno de ellos. 17 ¶ Así que ¡cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán multiplicadas son sus cuentas! 18 Si los cuento, se multiplican más que la arena; despierto, y aún estoy contigo. 19 De cierto, oh Dios, matarás al impío; apartaos, pues, de mí, los varones sanguinarios, 20 que te dicen blasfemias; se ensoberbecen en vano tus enemigos. 21 ¿No tuve en odio, oh SEÑOR, a los que te aborrecen, y peleo contra tus enemigos? 22 De entero odio los aborrecí; los tuve por enemigos. 23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; 24 y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno. 140 1 Al Vencedor: Salmo de David. Líbrame, oh SEÑOR, del hombre malo; de varón de violencia me guarde. 2 Los cuales pensaron males en el corazón, cada día urden contiendas. 3 Aguzaron su lengua como la serpiente; veneno de áspid hay debajo de sus labios. (Selah.) 4 Guárdame, oh SEÑOR, de manos del impío, del varón de violencia me guarde; que han pensado trastornar mis pasos. 5 Me han escondido lazo y cuerdas los soberbios; han tendido red; en el lugar de la senda me han puesto lazos. (Selah.) 6 He dicho al SEÑOR: Dios mío eres tú; escucha, oh SEÑOR, la voz de mis ruegos. 7 Oh DIOS el Señor, fortaleza de mi salud, cubre mi cabeza el día de las armas. 8 ¶ No des, oh SEÑOR, al impío sus deseos; no saques adelante su pensamiento, para que no se ensoberbezca. (Selah.) 9 En cuanto a la cabeza de los que me cercan, la perversidad de sus labios la cubra. 10 Caigan sobre ellos brasas; en el fuego los haga caer, en profundos hoyos de donde no salgan. 11 El varón de lengua maligna no será firme en la tierra; el mal cazará al varón de violencia para derribarle. 12 Yo sé que hará el SEÑOR el juicio del pobre, el juicio de los menesterosos. 13 Ciertamente los justos alabarán tu Nombre; los rectos morarán en tu presencia. 141 1 Salmo de David. SEÑOR, a ti he llamado; apresúrate a mí; escucha mi voz, cuando te llamare. 2 Sea enderezada mi oración delante de ti como incienso, el don de mis manos como el sacrificio de la tarde. 3 Pon, oh SEÑOR, guarda a mi boca; guarda la puerta de mis labios. 4 No inclines mi corazón a cosa mala, a hacer obras con impiedad con los varones que obran iniquidad; y no coma yo de sus deleites. 5 ¶ Que me hiera el justo con misericordia, y que me reprenda; y halago de príncipe inicuo no unte mi cabeza; porque aun mi oración será contra sus males. 6 Serán derribados de lugares fuertes sus jueces, y oirán mis palabras, que son suaves. 7 Como quien hiende y rompe leños en tierra, son esparcidos nuestros huesos a la boca del Seol. 8 Por tanto a ti, oh DIOS el Señor, miran mis ojos; en ti he confiado, no desampares mi alma. 9 Guárdame de las manos del lazo que me han tendido, y de los lazos de los que obran iniquidad. 10 Caigan los impíos a una en sus redes, mientras yo pasaré adelante para siempre. 142 1 Masquil de David: Oración
que hizo cuando estaba en la cueva.
Con mi voz clamaré al SEÑOR, con mi voz pediré misericordia al SEÑOR. 2 Delante de él derramaré mi querella; delante de él denunciaré mi angustia. 3 Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí, tú conociste mi senda. En el camino en que andaba, me escondieron lazo. 4 ¶ Miraba a la mano derecha, y observaba; mas no había quién me conociera; no tuve refugio, no había quién volviera por mi vida. 5 Clamé a ti, oh SEÑOR, Dije: Tú eres mi esperanza, y mi porción en la tierra de los vivientes. 6 Escucha mi clamor, que estoy muy afligido; líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo. 7 Saca mi alma de la cárcel para que alabe tu Nombre; conmigo harán fiesta los justos, cuando me hubieras destetado. 143 1 Salmo de David. Oh SEÑOR, oye mi oración, escucha mis ruegos por tu verdad; respóndeme por tu justicia. 2 Y no entres en juicio con tu siervo; porque no se justificará delante de ti ningún viviente. 3 Porque ha perseguido el enemigo mi alma; ha quebrantado en tierra mi vida; me ha hecho habitar en tinieblas como los ya muertos. 4 Y mi espíritu se angustió dentro de mí; se pasmó mi corazón. 5 Me acordé de los días antiguos; meditaba en todas tus obras, meditaba en las obras de tus manos. 6 Extendí mis manos a ti; mi alma a ti como la tierra sedienta. (Selah.) 7 ¶ Respóndeme pronto, oh SEÑOR que desmaya mi espíritu; no escondas de mí tu rostro, y venga yo a ser semejante a los que descienden a la sepultura. 8 Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado; hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he alzado mi alma. 9 Líbrame de mis enemigos, oh SEÑOR; a ti me acojo. 10 Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. Tu buen Espíritu me guíe a tierra de rectitud. 11 Por tu Nombre, oh SEÑOR me vivificarás; por tu justicia, sacarás mi alma de angustia. 12 Y por tu misericordia disiparás mis enemigos, y destruirás todos los adversarios de mi alma; porque yo soy tu siervo. 144 1 Salmo de David. Bendito sea el SEÑOR, mi roca, que enseña mis manos a la batalla, y mis dedos a la guerra. 2 Misericordia mía y mi castillo, altura mía y mi libertador, escudo mío, en quien he confiado; el que allana mi pueblo delante de mí. 3 Oh SEÑOR, ¿qué es el hombre, que lo conoces? ¿O el hijo del hombre, para que lo estimes? 4 El hombre es semejante a la vanidad; sus días son como la sombra que pasa. 5 Oh SEÑOR, abaja tus cielos y desciende; toca los montes, y humeen. 6 Despide relámpagos, y disípalos, envía tus saetas, y contúrbalos. 7 Envía tu mano desde lo alto; redímeme, y sácame de las muchas aguas, de la mano de los hijos extraños; 8 cuya boca habla vanidad, y su diestra es diestra de mentira. 9 ¶ Oh Dios, a ti cantaré canción nueva; con salterio, con decacordio cantaré a ti. 10 , el que da salvación a los reyes, el que redime a David su siervo de maligna espada. 11 Redímeme, y sálvame de mano de los hijos extraños, cuya boca habla vanidad, y su diestra es diestra de mentira. 12 Que nuestros hijos sean como plantas crecidas en su juventud; nuestras hijas como las esquinas labradas a manera de las de un palacio; 13 nuestros graneros llenos, provistos de toda suerte de grano; nuestros ganados, que paran a millares y diez millares en nuestras plazas; 14 que nuestros bueyes estén fuertes para el trabajo; que no tengamos asalto, ni que hacer salida, ni queja en nuestras plazas. 15 Bienaventurado el pueblo que tiene esto; bienaventurado el pueblo cuyo Dios es el SEÑOR. 145 1 Alef Te ensalzaré, mi Dios, mi Rey; y bendeciré tu Nombre por el siglo y para siempre. 2 Bet Cada día te bendeciré, y alabaré tu Nombre por el siglo y para siempre. 3 Guímel Grande es el SEÑOR y digno de suprema alabanza; y su grandeza es inescrutable. 4 Dálet Generación a generación narrará tus obras, y anunciarán tus valentías. 5 He De la hermosura de la gloria de tu magnificencia, y tus hechos maravillosos, hablaré. 6 Vau Y la terribilidad de tus valentías dirán los hombres; y yo recontaré tu grandeza. 7 Zain Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad, y cantarán tu justicia. 8 Chet Clemente y misericordioso es el SEÑOR, lento para la ira, y grande en misericordia. 9 Tet Bueno es el SEÑOR para con todos; y sus misericordias resplandecen sobre todas sus obras. 10Yod Alábente, oh SEÑOR, todas tus obras; y tus misericordiosos te bendigan. 11 Caf La gloria de tu reino digan, y hablen de tu fortaleza; 12 Lámed para notificar a los hijos de Adán sus valentías, y la gloria de la magnificencia de su reino. 13 Mem Tu reino es reino de todos los siglos, y tu señorío en todas las generaciones. 14 Sámec Sostiene el SEÑOR a todos los que caen, y levanta a todos los oprimidos. 15 Ayin Los ojos de todas las cosas esperan a ti, y tú les das su comida en su tiempo. 16 Pe Abres tu mano, y sacias el deseo de todo viviente. 17 Tsade Justo es el SEÑOR en todos sus caminos, y misericordioso en todas sus obras. 18 Cof Cercano está el SEÑOR a todos los que le invocan, a todos los que le invocan con verdad. 19 Resh Cumplirá el deseo de los que le temen; y su clamor oirá, y los salvará. 20 Sin El SEÑOR guarda a todos los que le aman; pero destruirá a todos los impíos. 21 Tau La alabanza del SEÑOR hablará mi boca; y bendiga toda carne su santo Nombre, por el siglo y para siempre. 146 1 Alelu-JAH. Alaba, oh alma mía, al SEÑOR. 2 Alabaré al SEÑOR en mi vida; diré salmos a mi Dios mientras viviere. 3 No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación. 4 Saldrá su espíritu, se volverá en su tierra; en aquel día perecerán todos sus pensamientos. 5 ¶ Dichoso aquel en cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza es en el SEÑOR su Dios; 6 el cual hizo los cielos y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay; el que guarda verdad para siempre; 7 el que hace derecho a los agraviados; el que da pan a los hambrientos; el SEÑOR, el que suelta a los aprisionados; 8 el SEÑOR es el que abre los ojos a los ciegos; el SEÑOR, el que endereza a los agobiados; el SEÑOR, el que ama a los justos. 9 El SEÑOR, el que guarda a los extranjeros; al huérfano y a la viuda levanta; y el camino de los impíos trastorna. 10 Reinará el SEÑOR para siempre; tu Dios, oh Sion, por generación y generación. Alelu-JAH. 147 1 Alelu-JAH, porque es bueno cantar salmos a nuestro Dios; porque suave y hermosa es la alabanza. 2 El SEÑOR, el que edifica a Jerusalén; a los echados de Israel recogerá. 3 El que sana a los quebrantados de corazón, y el que liga sus heridas. 4 El que cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por sus nombres. 5 Grande es el Señor nuestro, y de mucha potencia; y su inteligencia es infinita. 6 El SEÑOR, el que ensalza a los humildes; el que humilla a los impíos hasta la tierra. 7 Cantad al SEÑOR con alabanza, cantad con arpa a nuestro Dios. 8 El que cubre los cielos de nubes, el que prepara la lluvia para la tierra, el que hace a los montes producir hierba. 9 El que da a la bestia su mantenimiento, y a los hijos de los cuervos que claman a él. 10 No toma contentamiento en la fortaleza del caballo, ni se complace en las piernas del varón. 11 El SEÑOR ama a los que le temen; a los que esperan en su misericordia. 12 ¶ Alaba al SEÑOR, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sion. 13 Porque fortificó los cerrojos de tus puertas; bendijo a tus hijos dentro de ti. 14 El que pone por tu término la paz; te hará saciar de grosura de trigo. 15 El que envía su palabra a la tierra; muy presto corre su palabra. 16 El que da la nieve como lana, derrama la escarcha como ceniza. 17 El que echa su hielo como en pedacitos; delante de su frío ¿quién estará? 18 Enviará su palabra, y los derretirá; soplará su viento, y fluirán las aguas. 19 El que denuncia sus palabras a Jacob, sus estatutos y sus juicios a Israel. 20 No ha hecho esto con las otras naciones; las cuales no conocieron sus juicios. Alelu-JAH. 148 1 Alelu-JAH. Alabad a Dios desde los cielos; alabadle en las alturas. 2 Alabadle, vosotros todos sus ángeles; alabadle, vosotros todos sus ejércitos. 3 Alabadle, el sol y la luna: alabadle, todas las estrellas de luz. 4 Alabadle, los cielos de los cielos; y las aguas que están sobre los cielos. 5 Alaben el Nombre del SEÑOR; porque él mandó, y fueron creados. 6 Y los hizo ser para siempre por el siglo; les puso ley que no será quebrantada. 7 ¶ Alabad al SEÑOR, desde la tierra, los dragones y todos los abismos; 8 el fuego y el granizo, la nieve y el vapor, el viento de tempestad que ejecuta su palabra; 9 los montes y todos los collados; el árbol de fruto, y todos los cedros; 10 la bestia, y todo animal; el que va arrastrando, y el ave que vuela; 11 los reyes de la tierra, y todos los pueblos; los príncipes, y todos los jueces de la tierra; 12 los jóvenes, y también las doncellas; los viejos con los niños, 13 alaben el Nombre del SEÑOR, porque sólo su Nombre es elevado; su gloria es sobre tierra y cielos. 14 El ensalzó el cuerno de su pueblo; alábenle todos sus misericordiosos, los hijos de Israel, el pueblo a él cercano. Alelu-JAH. 149 1 Alelu-JAH. Cantad al SEÑOR canción nueva; su alabanza sea en la congregación de los misericordiosos. 2 Alégrese Israel con su Hacedor; los hijos de Sion se gocen con su Rey. 3 Alaben su Nombre con baile; con adufe y arpa canten a él. 4 Porque el SEÑOR toma contentamiento con su pueblo; hermoseará a los humildes con salud. 5 Se gozarán los misericordiosos con gloria; cantarán sobre sus camas. 6 ¶ Ensalzamientos de Dios modularán en sus gargantas; y espadas de dos filos habrá en sus manos; 7 para hacer venganza de los gentiles, castigos en los pueblos; 8 para aprisionar sus reyes en grillos, y sus nobles en cadenas de hierro; 9 para ejecutar en ellos el juicio escrito; gloria será esto para todos sus misericordiosos. Alelu-JAH. 150 1 Alelu-JAH. Alabad a Dios en su santuario; alabadle en el extendimiento de su fortaleza. 2 Alabadle por sus proezas; alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza. 3 Alabadle a son de shofar; alabadle con salterio y arpa. 4 Alabadle con adufe y flauta; alabadle con cuerdas y órgano. 5 Alabadle con címbalos resonantes; alabadle con címbalos de júbilo. 6 Todo lo que respira alabe a JAH. Alelu-JAH.