JBS(i)
3 Y será que en el día que el SEÑOR te diera reposo de tu trabajo, y de tu temor, y de la dura servidumbre en que te hicieron servir,
4 entonces levantarás esta parábola sobre el rey de Babilonia, y dirás: ¡Cómo cesó el opresor, cómo cesó la ciudad codiciosa del oro!
5 Quebrantó el SEÑOR el bastón de los impíos, el cetro de los señores;
6 que con ira hería los pueblos de llaga perpetua, el cual se enseñoreaba de los gentiles con furor; al perseguido no defendió.
7 Descansó, sosegó toda la tierra, cantaron alabanzas.