JBS(i)
8 ¶ En todo somos atribulados, mas no angustiados; dudamos (de nuestra vida), mas no desesperamos;
9 padecemos persecución, mas no somos desamparados en ella; somos abatidos, mas no perecemos;
10 llevando siempre por todas partes la mortificación del Señor Jesús en nuestro cuerpo, para que también la vida de Jesús sea manifestada en nuestros cuerpos.