Bible verses about "revelations" | JBS

Revelation 4:8

8 ¶ Y los cuatro animales tenían cada uno por sí seis alas alrededor; y de dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día ni noche, diciendo: Santo, Santo, Santo el Señor Dios Todopoderoso, el que era, y que es, y que ha de venir.

Revelation 6:1-17

1 ¶ Y miré cuando el Cordero hubo abierto el primer sello, y oí al primero de los cuatro animales diciendo como con una voz de trueno: Ven y ve. 2 Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que estaba sentado encima de él, tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió victorioso, para que también venciera. 3 ¶ Y cuando él hubo abierto el segundo sello, oí al segundo animal, que decía: Ven y ve. 4 Y salió otro caballo bermejo, y al que estaba sentado sobre él, le fue dado poder de quitar la paz de la tierra; y que se maten unos a otros; y le fue dada una gran espada. 5 Y cuando él hubo abierto el tercer sello, oí al tercer animal, que decía: Ven y ve. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que estaba sentado encima de él, tenía un yugo en su mano. 6 Y oí una voz en medio de los cuatro animales, que decía: Un cheniz de trigo por un denario, y tres chenizes de cebada por un denario; y no hagas daño al vino, ni al aceite. 7 Y cuando él hubo abierto el cuarto sello, oí la voz del cuarto animal, que decía: Ven y ve. 8 Y miré, y he aquí un caballo verde; y el que estaba sentado sobre él tenía por nombre Muerte; y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las bestias de la tierra. 9 ¶ Y cuando él hubo abierto el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que ellos tenían. 10 Y clamaban a alta voz diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, Santo y Verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre de los que moran en la tierra? 11 Y les fueron dadas sendas ropas blancas, y les fue dicho que aun reposaran todavía un poco de tiempo, hasta que sus compañeros consiervos, sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos fueran cumplidos. 12 Y miré cuando él hubo abierto el sexto sello, y he aquí fue hecho un gran terremoto; y el sol se puso negro como un saco de cilicio, y la luna fue hecha toda como sangre. 13 Y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra; como la higuera echa sus higos cuando es movida de gran viento. 14 Y el cielo se apartó como un libro que es envuelto; y todo monte e islas fueron movidas de sus lugares. 15 Y los reyes de la tierra, y los príncipes, y los ricos, y los capitanes, y los fuertes, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las piedras de los montes; 16 y decían a los montes y a las piedras: Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; 17 porque el gran día de su ira es venido, ¿y quién podrá estar delante de él?

Revelation 21:1-27

1 ¶ Y vi un cielo nuevo, y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra se fueron, y el mar ya no es. 2 Y yo Juan vi la santa Ciudad, Jerusalén la nueva, que descendía del cielo, aderezada de Dios, como la esposa ataviada para su marido. 3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo será con ellos y será su Dios. 4 Y limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será más; y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas son pasadas. 5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. 6 Y me dijo: Hecho es. YO SOY el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré de la fuente del agua de vida gratuitamente. 7 El que venciere, recibirá todas las cosas por heredad; y yo seré su Dios, y él será mi hijo. 8 Mas a los temerosos, e incrédulos, a los abominables, y homicidas, a los fornicarios y hechiceros, y a los idólatras, y a todos los mentirosos, su parte será en el lago ardiendo de fuego y de azufre, que es la muerte segunda. 9 ¶ Y vino a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete postreras plagas, y habló conmigo, diciendo: Ven, yo te mostraré la Esposa, mujer del Cordero. 10 Y me llevó en el espíritu a un gran y alto monte, y me mostró la gran Ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo de Dios, 11 teniendo la claridad de Dios; y su lumbre era semejante a una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, resplandeciente como cristal. 12 Y tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres escritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel. 13 Al oriente tres puertas; al aquilón tres puertas; al mediodía tres puertas; al poniente tres puertas. 14 Y el muro de la Ciudad tenía doce fundamentos; y en ellos los nombres de los doce apóstoles del Cordero. 15 Y el que hablaba conmigo, tenía una caña de oro, para medir la ciudad, y sus puertas, y su muro. 16 Y la ciudad está situada y puesta cuadrangular, y su largura es tanta como su anchura. Y él midió la Ciudad con la caña de oro, doce mil estadios; y la largura y la altura y la anchura de ella son iguales. 17 Y midió su muro de ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel. 18 Y el material de su muro era de jaspe; mas la Ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio. 19 Y los fundamentos del muro de la Ciudad estaban adornados de toda piedra preciosa. El primer fundamento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, calcedonia; el cuarto, esmeralda; 20 el quinto, sardónica; el sexto, sardónice; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista. 21 Y las doce puertas son doce perlas, en cada una, una; cada puerta era de una perla. Y la plaza de la Ciudad era de oro puro como vidrio muy resplandeciente. 22 Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. 23 Y la Ciudad no tenía necesidad de sol, ni de luna, para que resplandezcan en ella; porque la claridad de Dios la ha alumbrado, y el Cordero es su lámpara. 24 Y los gentiles que hubieren sido salvos andarán en la lumbre de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella. 25 Y sus puertas nunca serán cerradas de día, porque allí no habrá noche. 26 Y llevarán la gloria y la honra de los gentiles a ella. 27 No entrará en ella ninguna cosa sucia, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están escritos en el libro de la vida del Cordero.

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