Psalms 40:17 Cross References - SE

¹⁷ Cuando yo estoy pobre y menesteroso, el SEÑOR pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.

⁶ Vau Este pobre llamó, y le oyó el SEÑOR, y lo libró de todas sus angustias.

⁵ Aumentado has tú, oh SEÑOR Dios mío, tus maravillas; y tus pensamientos para con nosotros, no te los podremos contar, anunciar, ni hablar; no pueden ser narrados.

⁴ He aquí, Dios es el que me ayuda; el Señor es con los que sustentan mi vida.

³³ Porque el SEÑOR oye a los menesterosos, y no menosprecia a sus prisioneros.

⁵ Yo soy pobre y menesteroso; apresúrate a mí, oh Dios. Ayuda mía y mi libertador eres tú; oh SEÑOR, no te detengas.

¹ Oración de David. Inclina, oh SEÑOR, tu oído, y óyeme; porque estoy pobre y menesteroso.

²² Porque yo soy pobre y necesitado; y mi corazón está herido dentro de mí.

⁷ Respóndeme pronto, oh SEÑOR que desmaya mi espíritu; no escondas de mí tu rostro, y venga yo a ser semejante a los que descienden a la sepultura. ⁸ Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado; hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he alzado mi alma.

¹⁷ Los pobres y menesterosos buscan las aguas, que no hay; su lengua se secó de sed; yo, el SEÑOR, los oiré; yo, el Dios de Israel, no los desampararé.

⁷ Porque el Señor DIOS me ayudará, por tanto no me avergoncé, por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado. ⁸ Cercano está de mí el que me justifica, ¿quién contenderá conmigo? Juntémonos. ¿Quién es el adversario de mi causa? Acérquese a mí. ⁹ He aquí que el Señor DIOS me ayudará; ¿quién hay que me condene? He aquí que todos ellos como ropa de vestir se envejecerán; los comerá polilla.

²⁰ Y Jesús le dijo: Las zorras tienen cavernas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del hombre no tiene donde recostar su cabeza.

⁹ Porque ya sabéis la gracia del Señor nuestro Jesús, el Cristo, que por amor de vosotros se hizo pobre, siendo rico; para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.

⁶ De tal manera que digamos confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me hará el hombre.

⁵ Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe, y herederos del Reino que prometió a los que le aman?

²³ quien cuando le maldecían no retornaba maldición, y cuando padecía, no amenazaba, sino remitía la causa al que juzga justamente;

⁷ echando toda vuestra solicitud en él; porque él tiene cuidado de vosotros.

²⁰ El que da testimonio de estas cosas, dice: Ciertamente, vengo en breve. Amén, sea así. ­Ven, Señor Jesús!